LA TARTA | Obrador

Dirección artística. ZARAGOZA | 2012

Cambio de imagen para La Tarta, empresa dedicada a la pastelería y servicios de catering, que deberá contemplar una transición de cambio de marca y cambio de nombre, de Trébol, nombre de su establecimiento comercial cara al público, a La Tarta que venía siendo el obrador que tenía su salida de producto en dicha pastelería.

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APLICACIONES

  Catálogo General

Se realizaron fotografías de producto, diseños e ilustraciones, así como la redacción total de textos.

  Gráfica publicitaria

Se realizaron diseños de folletos, web, vídeos e ilustraciones para diferentes aplicaciones y campmañas.

  Stand

Desarrollo completo de gráfica removible para aplicar sobre stand modular de la FERIA DE MUESTRAS DE ZARAGOZA.
Diseño y dossier de montaje.

  Cartelería gran formato

Para la apertura de tiendas y otros eventos se realizaron ilustraciones y diseños de lonas y cartelería de gran formato.

  Decoración

Se realizo diseño interior para las diferentes tiendas, incluyendo la distribución del espacio, diseño de muebles panaderos, vitrinas, así como gráfica publicitaria de todo tipo como la lona de obras, con la imagen principal de la marca, para cubrir escaparates durante las obras preapertura de nuevas tiendas.

  Indumentaria

Se diseñaron uniformes para cada puesto de trabajo, manteniendo la esencia corporativa..

  Creación literaria

Se escribió un cuento para diversos usos, entre ellos decorar las tiendas.

El Duende Travieso, travieso como él solo, consiguió, en un despiste del Sol, robarle un puñado de rayos.

Corrió con su botín hasta que dio con un lugar para esconderlo, una vieja madriguera de ratones ya  abandonada.

Travieso, de apellido Despistado, se entretuvo persiguiendo mariposas, montando en ranas, mirando a la luna y con todas esas cosas que se les dan bien a los Duendes.

Solo cuando acababa el verano, volvió a pasar por el lugar donde había enterrado los rayos de sol, para descubrir que surgían de la tierra en forma de planta dorada, en forma de trigo.

Se quedó maravillado ante semejante tesoro y con miedo a que alguien se lo pudiera arrebatar, cortó las espigas de trigo, las puso en un saco y se las llevó a la cueva bajo el volcán, donde vivía.

Sucedió entonces, que el volcán se desperezó e hizo temblar la tierra, haciendo caer sobre el saco, un montón de rocas. Cuando el Duende, después de mucho trabajo, consiguió apartar las rocas y coger el saco, se encontró con que su tesoro se había convertido en un polvo blanco y fino.

Lloró desconsolado sobre su tesoro perdido, y golpeó y pateó el barrillo que se formó entre la harina y sus lágrimas, para calmar su rabia. Después arrojó el saco y la masa  hacia la lava del volcán para que se quemara, pero se quedó corto y ambos quedaron sobre unas piedras calientes, cerca de la roca fundida.

Entre lloros y rabietas, se quedó dormido.

Un olor maravilloso le despertó y se quedó de piedra cuando vio que donde él había arrojado aquella masa pringosa ahora, había un dorado y humeante bollo de pan que olía, como deben de oler los rayos del sol al nacer.

Lo probó y le pareció que ya no podría dejar de comer cada día rayos de sol en esa forma, en forma de Pan.

© ZILON | 2013

  Sintonía

Composición musical de sintonía para vídeo-tutoriales de cocina y pastelería.

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